Dioni Hernández
Cocinero de Producción
Él es José Díaz Hernández, pero en La Fuerza es simplemente Dioni.
Nació en 1981 en Puerto La Cruz, en el estado de Anzoátegui. Como muchos otros venezolanos vino al país en los últimos años. Era octubre de 2017. Llegó solo, dejando en su país familia y una hija. Antes de que la pandemia complicara todo, pudo invitarla a que la visite en Buenos Aires. “Hablo mucho con ella, hacemos videollamada, todas esas cosas”, cuenta y sonríe con una alegría indisimulable.
En febrero del 2018, cuando La Fuerza Bar solo tenía un mes de abierto, entró a trabajar sin ninguna experiencia en gastronomía. En su país había trabajado en una empresa de transporte que llevaba adelante con su padre. Pablo Osan, un amigo de La Fuerza había trabajado con un amigo de él. Ese amigo lo recomendó y así llegó a Nicolas, que estaba al frente del bar. Historias de inmigrantes -ayer y siempre- que se ayudan unos a otros.
Al bar entró como bachero y desde ahí fue aprendiendo el trabajo en cocina. Juan Bertero primero y Yoha Ferraro luego, le fueron enseñando, formándolo en la tarea. “Me gusta que todo me quede bien”, dice. Y cuenta que ya sabe todo lo que les gusta a los argentinos. Que sabe exactamente cómo hacer cada receta mientras enumera las del bar y se señala la cabeza con el gesto de “lo tengo todo acá”. Hoy está a cargo de la producción de cocina, un trabajo metódico y clave para que todo salga bien.
La gente de La Fuerza es como mi familia, la verdad. Siempre han estado conmigo y me llevo bien con todos ellos. Con mi jefa Yoha (y antes Juan, con quien sigo hablando) y toda la gente de la cocina y también los socios.
Dice amar Argentina, que es un país hermoso, que es feliz en este lugar. También que quiere hacer más cosas acá. Un bar es un lugar con historias que se forman en las mesas, también que crecen dentro. Historias de inmigración, de búsqueda de oportunidades, de trabajo y de esperanza.
